·
Las nuevas
atribuciones del INE saturarán su capacidad operativa y pueden causar un
desempeño deficiente (Principio de Peter).
·
La facultad de
atracción de elecciones locales por parte del Instituto estimulará el conflicto
político pre-electoral, pues los partidos de oposición en los estados buscarán
casi siempre que el Instituto atraiga la elección para evitar que el gobernador
del partido en el poder intente influir en favor de su candidato. La dificultad
para definir con precisión cuándo el INE deberá asumir la organización de las
elecciones locales será un problema mayor y restará objetividad y certeza a los
comicios en México. Esto puede provocar que el proceso electoral se comience a
viciar antes de su inicio formal.
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La facultad de
nombramiento de todos los consejeros electorales de los estados plantea dos
problemas: por una parte, insuficiencia de información para que el INE designe
a los funcionarios más aptos e imparciales; por otra parte, que la negociación
política que antes se daba en los estados y que ahora ocurrirá al interior del
INE, genere presión y politice aún más a la institución. Es previsible que los
partidos continuarán presionando para influir en el nombramiento de los consejeros
electorales locales.
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La facultad del INE
de remover a consejeros de los organismos públicos locales puede estimular
presiones constantes sobre el Instituto para que destituya a consejeros
selectivamente y nombre a otros. El problema se agrava por la dificultad de
definir criterios claros de remoción, lo que incentivará el conflicto al
interior del INE.
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Las nuevas causales
de nulidad de la elección pueden institucionalizar
el conflicto postelectoral. Es previsible que cada elección de
gobernador, así como la presidencial, serán impugnadas y se solicitará su
anulación por rebase del tope de campaña. Anteriormente sólo existían las
causales genéricas para anular comicios por hechos ocurridos durante la jornada
electoral, así como la causal abstracta, pero la Constitución no incluía la
nulidad por irregularidades en los gastos de campaña (salvo casos excepcionales
como el Distrito Federal). Como las campañas “exitosas” normalmente rebasan los
topes de gasto, pero esta violación es muy difícil de acreditar, el nuevo
sistema estimulará el litigio sin que haya un método de comprobación jurídico
de las violaciones. Por lo tanto, las impugnaciones no resolverán el problema
de la inequidad en las campañas políticas, pero si estimularán el litigio y el
conflicto político.
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Se mantiene el
nombramiento del contralor del Instituto en manos de la Cámara de Diputados, lo
cual es en los hechos una forma de amenaza latente que afectará la autonomía
del INE. Para agudizar el problema, se permite la reelección del contralor, lo que
genera incentivos perversos para que busque cabildear con los partidos en el
Congreso.
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La paridad de géneros
en la nominación de candidatos al Congreso de la Unión parece una medida
populista que puede contribuir a deteriorar la calidad de los cuadros legislativos.
Apenas en 2007 se había establecido una cuota progresista en términos
internacionales de 60-40, pero antes de evaluar los resultados de esta medida
se pasa a una paridad que nadie reclamaba.
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