Rápido agotamiento de
reservas petroleras. Si bien es cierto que la agresiva estrategia de extracción
de hidrocarburos que esta reforma se propone sí aumentará la producción
petrolera, también es cierto que agotará más rápido nuestras reservas de
petróleo. Si los cerca de 14,000 millones de barriles de nuestras reservas
probadas nos iban a durar 10 años más a la actual tasa de extracción y
reposición, con esta reforma nos durarán mucho menos. Lo anterior, combinado
con nuestro actual subdesarrollo tecnológico en energías renovables, nos hará
perder rápidamente nuestra soberanía energética.
·
Se pierde la oportunidad de empujar la productividad de nuestra
economía. Siendo estratégicos, ese petróleo debería servirnos para nuestro
desarrollo, para aumentar la competitividad de nuestra industria nacional por
medio del abastecimiento barato de insumos derivados de hidrocarburos al resto
de la industria mexicana.
·
Aumenta la carga fiscal a Pemex. El aumento de la carga
fiscal se puede observar en lo dispuesto: i) en la Ley del Fondo Mexicano del
Petróleo; ii) en la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, y iii) en las
modificaciones a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria de
este paquete de leyes secundarias. Ahora se exige que Pemex contribuya al menos
con el 4.7% del Producto Interno Bruto a fin de que continúe sosteniendo cerca
de la tercera parte del presupuesto federal. Entonces, ¿dónde está la presunta
descarga fiscal a Pemex de la que tanto se ha alardeado en el discurso oficial?
·
No se generarán empresas
nacionales La mayor parte de empresas en el sector energético serán
extranjeras. Igualmente, al no existir actualmente un sector bancario nacional
con la capacidad financiera requerida para respaldar las inversiones previstas,
habrá una influencia creciente de instituciones financieras extranjeras en el
sector. Hoy tenemos serios problemas de integración de nuestra industria; las
propias secretarías de Hacienda y Crédito Público y de Economía han sido hasta
ahora incapaces de articular una estrategia económica de largo alcance a la
altura de las necesidades del país; el país sigue sin rumbo económico, sin una
definición clara y ordenada de metas; carecemos de una agenda de desarrollo… ¿Y
aun así este gobierno federal se aventura a dejar en manos de empresas
multinacionales nuestras reservas petroleras? ¿Le parece poco el bajo dinamismo
actual de la economía mexicana como para debilitarla aún más con la sistemática
fuga de activos del país que generará esta reforma energética?
·
No aumentarán
significativamente el nivel actividad económica y de generación de
empleos. La renta petrolera representa el 6.8 %PIB², por lo que aun
aumentando la producción como lo proyecta el gobierno federal, esto no incidirá
significativamente en la tasa de crecimiento del PIB.
·
Aumentará la concentración del ingreso y habrá transferencia de
riqueza al extranjero. La Ley de Hidrocarburos prevé requisitos para la
asignación de contratos que difícilmente cumplirían empresas nacionales
(incluyendo al propio Pemex).Muy pocas empresas mexicanas realizarían
actividades en el sector con los perfiles requeridos. Unas pocas empresas –en
su mayoría extranjeras– generarían utilidades, pero las transferirán a sus
matrices en el extranjero. Si los diputados y senadores que aprobaron esta
legislación desconocen la historia de México y no sabían que las condiciones de
marginación y dependencia, como las que aquí estoy advirtiendo, son justamente
las que llevaron al estallido de la Revolución Mexicana de 1910, ¿acaso
entonces también desconocen los errores de otros países?Los desastrosos
resultados micro y macroeconómicos en otros países debería ser suficiente razón
para dar marcha atrás a esta reforma energética. Las consecuencias en todos los
países donde se han implementado reformas como ésta son: aumento de la pobreza,
pérdida de control gubernamental, desmantelamiento de la industria nacional,
fuga de capitales, destrucción del patrimonio nacional (incluyendo el medio
ambiente), intervención extranjera, entre otras consecuencias. Véanse los casos
de: Nigeria, Kazajstán, Ceylán, Egipto, Irán, Libia, India, Paquistán, Chad,
Camerún, entre otros.
·
El gasto público continuará destinándose mayoritariamente a gasto
corriente. Aun cuando partes de esta legislación prevén destinar ingresos
petroleros a fondos de inversión, estos fondos ocupan un bajo porcentaje de
estos ingresos comparado con el porcentaje destinado a gasto corriente. Por lo
anterior, el impacto de las inversiones seguirá siendo bajo.
·
No se generará ahorro de largo plazo por ingresos petroleros
y muy probable aumentará la deuda pública. Ello va en detrimento de
nuestros hijos. Véanse las condiciones –prácticamente imposibles de alcanzar–
en las que podría generarse ahorro de largo plazo de los ingresos petroleros
previstas en la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo, así como las
modificaciones a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.
Por su parte, la Ley General de Deuda Pública da autonomía de endeudamiento a
Pemex, a lo cual recurrirá constantemente, pues no dispondrá de sus utilidades.
·
No contribuirá a reducir la
pobreza, y una vez agotado el petróleo, los niveles de pobreza pueden
dispararse. Esta reforma podrá contener por algún tiempo el aumento en los
niveles actuales de pobreza, en tanto el gobierno pueda continuar recargándose
fiscalmente en Pemex. Sin embargo, a medida que la producción de Pemex decline
y las multinacionales hagan efectivas las benévolas condiciones de sus
contratos, el gobierno federal no dispondrá de más ingresos petroleros. Esa
brecha presupuestal impedirá disponer de recursos para evitar que se disparen
aún más los niveles de pobreza en el país.
·
Se desaprovecharán recursos
para atacar los determinantes estructurales de la pobreza en México. Esta
reforma, al igual que el resto de la política económica y social del país,
carece de mecanismos que ataquen los determinantes estructurales de la pobreza.
La legislación secundaria no tiene una conexión con inversiones en la reducción
estructural de la pobreza. A lo anterior se suma el debilitamiento de la
industria nacional (proveedora de empleos), la incertidumbre de los precios de
los energéticos para los sectores social y productivo, debido a que la fijación
de precios quedará fuera del alcance regulatorio gubernamental, y de
condiciones laborales precarias e inciertas para los trabajadores. La
insostenibilidad financiera de los programas sociales será, entonces, el
callejón sin salida en el que nos habrá metido esta reforma.
¿De qué
manera nos beneficia las reformas Políticas en México?
Desde
muchos puntos de vista la sociedad ha visto las reformas, cada uno visualiza en
que es lo que le va a beneficiar y en que lo va a afectar, sin embargo si nos
ponemos a analizarlas desde un punto donde veamos por el interés de una
sociedad y de desarrollo podríamos comprender que en todos los aspectos nos
deja grandes beneficios, ejemplo de ello es la Reforma en educación, donde se
pretende que los maestros estén mejor capacitados mediante programas que los
ayudan a mejorar y su evaluación se realiza mediante exámenes que permiten
conocer el nivel de docencia que pueden impartir, sin embargo a muchos de ellos
no les pareció la idea ya creen que con esto se perderá gran número de plazas
laborales, y no se dan cuenta que con esas evaluaciones podrían mejorar la
calidad de educación en México.