sábado, 21 de noviembre de 2015

REFORMA HACENDARIA


Según el mismo poder Ejecutivo, la disposición de recursos, por parte del sector público, ha sido limitada para la atención de las prioridades sociales, básicamente, por 2 factores: primero, porque las rentas petroleras son altamente volátiles, por lo que, en periodos de shocks en los precios –como el actual, reducen notablemente la capacidad de maniobra del gobierno; y, por consiguiente, segundo, porque existe una baja recaudación tributaria y subnacional (rondando, esta última, el 0.6 % del PIB, comparado con un 10.1 % en Brasil o un 4.4 % en Argentina (Gómez Sabaini and Jiménez, 2011)). De esta forma, tanto el gobierno federal como –especialmente los gobiernos subnacionales, recaudan tributariamente poco, haciéndose altamente dependientes –y vulnerables del petróleo. Paralelamente, también existe una necesidad en la revisión del gasto público, para reducir ineficiencias y mejorar su calidad. El presente boletín expondrá los primeros resultados de la Reforma Hacendaría, tras un año de su implementación, contrastando 3 objetivos de la misma con los resultados observados y estimados.

Durante el Paquete Económico 2014, se presentó, por parte del Ejecutivo Federal, una Reforma Hacendaría, cuyos objetivos básicos eran:
Una mayor responsabilidad fiscal, en donde se estableció una regla para el balance estructural, para incurrir en déficit presupuestarios en épocas de poco crecimiento económico y, asimismo, superávit en periodos de bonanza;
Un aumento de los recursos fiscales, tras la generalización del IVA, aumentos en el IEPS y tras la eliminación de ciertos privilegios en el ISR; y
Un sistema fiscal más equitativo, buscando que el diseño de los impuestos perjudicaran lo menos posibles a los hogares o individuos de menores ingresos (especialmente, al incorporar tasas marginales del 32 y 35%, en el ISR, para los contribuyentes de mayores ingresos).
Tras un año de su implementación, aunque todavía es poco tiempo para la determinación de los efectos en el largo plazo, es posible observar, al menos, los primeros resultados y la fuerza inicial que dicha reforma ha tenido para lograr los puntos anteriores.

Mayor equidad fiscal
Si se compara la incidencia –i.e. quién y cuanto paga del Cuadro 3, entre los escenarios con y sin Reforma Hacendaría, se puede observar una ligera disminución en la desigualdad. Es decir, si se utilizara el ingreso bruto de los deciles y se le descontara únicamente los impuestos del ISR para personas físicas, el IVA no petrolero y el IEPS sin carbono ni plaguicidas, el Gini bajaría de un 0.5240 a un 0.5184; i.e. una disminución de 0.0056 puntos. Lo anterior se deriva a que los individuos de altos ingresos pagarían, proporcional y absolutamente, más impuestos que aquéllos de menores ingresos. La tasa efectiva se refiere a la proporción de impuestos que cada decil paga en promedio, respecto con su ingreso bruto promedio.

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